Capítulo 4.2: Una dieta por mi cuenta

Hacía ya tres semanas que Violeta, había comenzado la dieta implantada por ella misma, y seguía perdiendo peso, pero a pesar de eso, cada vez que se miraba al espejo seguía viéndose gorda.
 Había rechazado la posibilidad de contárselo a su madre, o de ir a un profesional, ni siquiera hablaba de este tema con sus amigas, desde aquella conversación en el recreo, nadie había vuelto a sacar el tema, y el novio de Violeta cada día parecía más contento con ella, como si la mirase con otros ojos, aunque parecía no importarle el estado de ánimo de Violeta, aunque ella se daba cuenta que cada día se sentía peor, con menos fuerzas, le costaba más incluso levantarse de la cama, pero lo peor era al llegar la noche, a la hora de la cena, a Violeta ya no le quedaban fuerzas, pero su obsesión por adelgazar y verse bien era mucho mayor, había llegado a un punto que ya no quería verse como antes, pues ella ya había perdido lo que durante el invierno había engordado y continuaba con su rigurosa dieta.
Ahora el problema no eran sólo los kilos que había perdido, sino que psicológicamente, Violeta estaba enferma, pues padecía de anorexia.
Su obsesión llega más allá, ahora, de lo poco que comía comenzaba a plantearse donde podía comerlo para que la gente no hablase diciendo que comía mucho, pues ella pensaba que eso podría dañar su imagen.
Pasan los días, y Violeta ha perdido ya muchísimo peso, unos 16 kilos, sus amigas lo notan,  y en un principio no le dicen nada pensando que Violeta recuperaría sus antiguos kilos, pero poco a poco, conforme sigue perdiendo más y más peso, se dan cuenta de que quizás Violeta tenga un serio problema y deciden hablar con ella, le comentan que no hacía falta perder tanto peso para tener un buen físico para el verano, y que la situación se le había ido de las manos.
En su casa la situación es extrema, las discusiones y la mala relación con sus padres cada día va a peor, y ellos piensan que el cambio de apariencia de su hija sea por su culpa, al discutir tanto con ella y no ser un poco más comprensivos y entender que es una adolescente, y que ya se pasará esa mala racha.
Mientras tanto, Violeta, que sigue obsesionada con su peso, decide no hacer caso ni a  sus amigas y, por supuesto, mucho menos a sus padres, no entiende a nadie, ya que sus amigas antes le decían que estaba gorda, y ahora todo lo contrario…
Violeta sigue encontrándose mal, sigue perdiendo fuerzas, siente frío constantemente ya que no tiene calorías, muchos meses le desaparece la menstruación, sufre anemia, en ocasiones se siente muy débil, y además comienza a perder mucho cabello, ante esta situación…

Decisión 4 :

Si quieres que Violeta pida ayuda al encontrarse enferma (pulsa aquí) y si quieres que Violeta siga más a fondo con la dieta pese a encontrarse mal (pulsa aquí).

A continuación os dejamos diversas informaciones que pueden resultar útiles para tomar esa decisión: 

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